PRIMER CONGRESO NACIONAL

El 4 de julio de 1811 fue el día elegido para la instalación del Primer Congreso Nacional. Durante la mañana los diputados electos, miembros de la Junta de Gobierno y del nuevo Tribunal de Justicia, además de militares, académicos y otros integrantes de la élite criolla participaron del Te Deum en la Catedral de Santiago, en honor a la génesis del fundamental órgano institucional. Luego del sermón del Evangelio, juraron ante el altar los nuevos representantes en sus nuevos cargos. Era el nacimiento de una tradición republicana que iba a prolongarse por años y siglos. Hoy, 4 de julio de 2011, se conmemoran los 200 años de este primer Congreso Nacional. El Centro de Estudios Bicentenario, dedicado a la investigación y difusión de la historia de Chile y América, no podía estar ausente de este hito histórico, y recientemente publicó a través de su editorial El primer Congreso Nacional de Chile (1811) y sus documentos fundamentales, del Doctor en Historia, académico de la Universidad de Chile y especialista en Independencia, Cristián Guerrero Lira. Estos documentos del primer Congreso muestran la génesis del Chile independiente y sus primeras reformas al régimen colonial, como son el Instituto Nacional, la ley de cementerios, y la libertad de vientre. El libro consta de dos secciones: la primera, un estudio preliminar escrito por el profesor Guerrero, y la segunda, conformada por un conjunto de más de 200 documentos, donde los más importantes se refieren al proceso que dio origen al Congreso de 1811, a sus sesiones y a los problemas que en él se presentaron. Se destaca, en el estudio introductorio, la idea de que el Congreso es una continuación de la Primera Junta (o Junta Gubernativa del Reino, que era su nombre oficial), en el sentido de que originalmente la institución fue concebida para reemplazarla, cautelando ambas los derechos del rey Fernando VII que se hallaba apresado por Napoleón. Sin embargo, el Congreso tenía como meta la redacción de una constitución que sería la primera del país, lo que finalmente no se concretó. El libro también estudia la dictación de la “primera ley de elecciones” y muestra muchos de los principales acuerdos políticos adoptados en la época, a través de documentos. Asimismo, muestra la dinámica interna del Congreso, develando el funcionamiento de la labor parlamentaria de la época. La obra es el primer tomo de la colección Documentos de la Independencia de Chile (DICh), que busca poner a disposición del público capítulos trascendentales de la historia de Chile a través de fuentes originales. Este libro, por tanto, es el inicio de un aporte a la historiografía chilena que hará que fuentes y archivos de la emancipación chilena que hasta ahora eran de difícil acceso a los lectores sean redescubiertos.